Cuerpos. (A través de la imaginación)
Rita Martorell nos presenta una nueva entrega de su creación
artística con la exposición Cuerpos que significa
una maduración de una temática que viene explorando
des de hace un tiempo. Después de haber demostrado su buen
oficio y su técnica en el campo del retratismo, la joven
pintora de Olot, tierra de volcanes, y ahora instalada en un permanente
viaje por el mundo que no le hace abandonar ni su identidad ni sus
raices, nos muestra como ha sabido despojar su arte para dibujar
cuerpos desnudos donde también exhibe su capacidad de desnudar,
destilar, pulir y perfeccionar (alejándose de la perfección
y acentuando la libertad en su creación) su arte en un largo
trayecto hacia lo esencial, hacia algo que encarna la historia y
las historias de todos los tiempos.
Cuerpos. Cuerpos explícitos
y cuerpos implícitos. Contención y pasión.
Lo que dibuja y lo que deja a la libre imaginación del espectador.
Rita Martorell va culminando su madurez creativa con un estilo que
recoge lo mejor de siglos de una mirada burguesa de la vida: lo
más explícito no es siempre lo mas bello ni lo mas
sugerente. Así, Rita Martorell nos invita a completar y prolongar
el relato que entraña cada uno de sus obras. Relato e historia
que ella conoce perfectamente pero que sabe, como los buenos del
arte, que es mejor dejar al libre albedrío de la imaginación
del espectador. Imaginación a la cual también ayuda
mucho los colores que utiliza. Como que los cuerpos nunca son neutros
en su gesto ni incoloros en sus estados de ánimo y pasión
y como que su color va cambiando con el tiempo, la autora ha preferido
inclinarse por trazos gruesos de carbón negro y unos fondos
de tonalidad poco invasiva a las alas de la imaginación.
Los ocres, los verdes suaves… los colores que son la antesala
de la imaginación que cada cual quiera instalar en un relato
que puede ser romántico, erótico, heroico, guerrero,
sensual o señorial.
Los Cuerpos de Rita Martorell bien
podrían ilustrar una novela de Sándor Márai
en la Europa de entreguerras pero también podrían
connotar Tokio Blues de Haruki Murakami. Alguien dejó escrito
que uno es responsable de las facciones de su cara a partir de los
treinta años. Expresamente, los Cuerpos de Rita Martorell
se alejan de su etapa precisa de antaño para que cada cual
complete las caras de sus cuerpos leyendo en los dibujos como se
lee un libro, con los ojos bien abiertos y bien cerrados a la vez.
Disfruten de este nuevo eslabón
en la producción de Rita Martorell, que trabaja de forma
constante y con un punto indispensable de obcecación propia
de cualquiera que quiera hacer cosas grandes en la vida. Pero, a
la vez, con un halo de misterio, indefinición y ambigüedad
a través de un poderoso y enigmático tráfico
constante por su mundo, que es todo el mundo, (y que tiene olores
de risa) y que nos proporciona tan buenas obras, tan buen material
para una invitación a la imaginación. No dejen nunca
de imaginar. Serian seres muertos. Rita Martorell no deja nunca
de imaginar.
Jordi Xuclà
Diputado a las Cortes Generales
Portavoz en la Comisión de Asuntos Exteriores
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